sábado, 18 de febrero de 2012

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Descubrir la creatividad de tu río fue llegar hasta las aguas mas profundas: gelatina, efímera y compacta. Fue tal la imperfección que causó eternidad ante mí perplejidad…
Quizás jamás lo entenderás pero las aguas de esas obras de arte lograron la felicidad, nunca eterna pero sí un instante, un hilo atado, enredado y poco firme pero al fin: infinidad
¿ qué fue aquella pintura, inesperada y tan sobria?
¡Sí solo entendieran! Que tal profundidad logró llegar hasta lo más hondo, girando sin parar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Te entiendo. Hay pequeñas o grandes cosas que, en mí, al menos, producen efectos, reacciones tan raras como inesperadas, todo adentro, muy íntimo, pequeños incendios callados, una turbulencia de fluidos, parecen movimientos de traslación y rotación viscerales, a alta velocidad, como si se tratara una fuerza centrífuga violenta por demás . Imagino que se traduce visiblemente en un poco de sudor, o las mejillas encendidas como fuego, palpitaciones... ¿Será eso lo que llamamos éxtasis?. Dura breves instantes. Luego, quedo (adentro, siempre adentro) como una sobreviviente de un terremoto dos días después.