Tan solo, ella, podría descifrar el azar como un sinfín de puntos que nunca lograrían un consuelo. Como música de ave, la libertad, tropieza con el viento que vuela a meced. Atraparía las palabras para luego convertirlas en escenas para confundirnos con lo real y así concluir a la libertad. Lo vértigo se vuelve eterno y en ocasiones, nunca llegaría a descubrirse. Entre tanto, puede que entrevea un paisaje de porcelana corrompiéndose con las imágenes que parpadeo bajo el cielo tan temido, así, tomaré tus anhelos y rasgaré tu cielo, así te inventaré para surgir de palabras y renacer en otras, nacer de un árbol y jamás sacarlo de raíz. Mientras tanto, hablar de eternidad se confunde con serenidad… y quizás ser una gota en el jardín seria renacer ante cuando el mundo me olvidó, cae, y arma un destino que lee con transparencia.
¿A qué llamo el mundo que olvidó? -Ríe sin respuesta-. Existía un paisaje oscuro, borroso plegado de promesas que alguna vez alguien oyó que pertenecía a aquel ayer, se quedó perpleja con lo que iba a suceder…
¿A qué llamo el mundo que olvidó? -Ríe sin respuesta-. Existía un paisaje oscuro, borroso plegado de promesas que alguna vez alguien oyó que pertenecía a aquel ayer, se quedó perpleja con lo que iba a suceder…
1 comentario:
Uy, pues por partes me perdí, pero otras me llegaron hasta adentro.
¡Tienes una foto de PJ Harvey!
Su música es mi actual terapista, otra vez, espero funcione como hace cuatro años.
Saludos.
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