¿Llegaría a escuchar hasta el fin de la música que provenía de la plaza? Sería un bello recuerdo de esta vida: el atardecer, la melodía que contaba los sueños del otro lado del mundo, el cuarto templado y acogedor; el muchacho guapo y lleno de vida que había pasado, había decidido detenerse y ahora se dirigía a ella.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario