martes, 16 de septiembre de 2008
Lo que no engaña permanece, lo que no suena se abre en silencio y una risa calma la mentira que más se hunde en un mar de palabras. Una rima y un encuentro caen en la perfecta confusión abriendo un destino. Haciendo invisible palabras que no encuentran bocas para salir en una melodía que será bienvenida olvidando lo que hiciste. Pero tan solo el azar dio con la palabra indicada para aprender a volar en tu camuflaje que duró hasta el amanecer ¿ hasta cuándo creer en el azar? quiero volverte a ver. Una superficialidad que abunda en una letra que dio placer para contiunar con el lenguaje.
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